RESUMEN “EL ARTE DE LA GUERRA”
Capítulo I. Sobre la evaluación:
“La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien.”
En el mundo empresarial también es imprescindible una serie de luchas tanto con la competencia como con los proveedores, clientes…, hay que tratarlos estratégicamente.
Los cinco factores para determinar el resultado de la guerra serían cinco: la doctrina, igual que a un gobernante el pueblo lo sigue cueste lo que cueste, un empresario debe tener unos valores firmes acerca de sus métodos en la empresa con sus empleados; el tiempo, seria el clima que envuelve a la empresa, ya sea de crisis económica, los valores de mercados, la inflación o devaluación de la moneda…; el terreno, también sería importante según donde situemos nuestro negocio: accesibilidad, zona conocida, buena comunicación, facilidades para los empleados…; el mando, un jefe ha de tener sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina; la disciplina, ha de estar comprendida por la organización de los empleados, la jerarquía de rangos, la regulación de la ruta de los proveedores y las provisiones de mercaderías.
Con una evaluación de los ingresos y gastos cuidadosa, se puede tener éxito, sin ella, no. El que no realiza estos cálculos tendrá menos oportunidades de éxito.
Gracias a esto se puede examinar la situación y el resultado aparece claramente.
Capítulo II. Sobre la iniciación de las acciones:
“Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo”.
Si se mantiene una oferta durante mucho tiempo, los suministros se pueden agotar y no estar disponibles para el cliente cuando los solicite, o resultar repetitivas y por lo tanto pierde la atención del cliente.
Hay que tratar de aprovechar los momentos idóneos, como las fechas de mayor inversión, ofertas eventuales…
Un empresario inteligente, debería intentar atraer toda la atención hacia su negocio, adelantándose a su competencia y acaparando a su clientela.
Estas técnicas si resultan productivas, motivarán más a los empleados porque se verán más seguros, más complacidos…y no tendrán la necesidad de cambiar de empresa.
Capítulo V. Sobre la firmeza:
“Gobernar sobre muchas personas como si fueran poco es una cuestión de dividirlas en grupos o sectores: es organización.”
Cuando hay entusiasmo, convicción, orden, organización, recursos, compromiso de los empleados, tienes la fuerza del ímpetu, y el tímido es valeroso. Así es posible asignar a los empleados por sus capacidades, habilidades y encomendarle deberes y responsabilidades adecuadas. El empleado valiente puede luchar, el cuidadoso puede hacer de centinela, y el inteligente puede estudiar, analizar y comunicar. Cada cual es útil.
Capítulo IX. Sobre la distribución de los medios.
“Las maniobras militares son el resultado de los planes y las estrategias en la manera más ventajosa para ganar. Determinan la movilidad y efectividad de las tropas.”
La empresa de la competencia que actúa aisladamente, que carece de estrategia y que toma a la ligera a sus “adversarios”, inevitablemente acabará siendo derrotada.
Si se castiga a los empleados antes de haber conseguido que sean leales al mando, no obedecerán, y si no obedecen, serán difíciles de emplear.
Si se relaja la disciplina, los empleados se volverán arrogantes y será imposible emplearlos.
Cuando las órdenes se dan de manera clara, sencilla y consecuente a los empleados, éstos las aceptan; en cambio cuando son confusas, contradictorias y cambiantes los empleados no las aceptan o no las entienden.
Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacción recíproca entre el jefe y los empleados.
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